La estrategia de marca es una brújula que nos va guiando y ayudando en la toma de decisiones. Seguirla, nos permite ser coherentes en la toma de decisiones y garantiza que la marca vaya creciendo y generando valor.
Como todo plan, se crea para conseguir unos objetivos y responde a unas circunstancias, externas e internas, concretas. Si alguna de las variables se altera, el plan debe reajustarse para seguir marcando el norte.
Un plan estratégico de marca no es un documento que se realiza, se archiva y se consulta de vez en cuando. Es un elemento vivo que debe interiorizarse y tenerse presente en el día a día de la empresa. Para que funcione y se pueda adaptar a los diferentes desafíos, debe ser flexible y camaleónico
Cualquier momento es bueno para plantear una estrategia de marca si no tenemos una, pero es verdad que existen 4 momentos claves en los que una estrategia bien definida será vital.
1-Nacimiento del proyecto
Trabajar en la estrategia de marca desde el inicio y en paralelo al plan de negocio, nos ayudará a ir definiendo punto por punto lo que queremos ser. Es el momento ideal ya que ambos planes se entrelazaran aportando mucho más, que individualmente. Un proyecto de marca inicial puede ayudar a encontrar un enfoque de negocio más personal y diferenciador. Por otro lado, entrar en el mercado con una marca trabajada y un posicionamiento bien definido, nos ahorrará mucho esfuerzo y dinero después.
2-Consolidación del proyecto
No es un momento fijo, a veces será antes y otra después, pero alrededor de los 5 años nuestra empresa se está consolidando. Hemos pasado de ser un proyecto a ser una realidad. Podemos mirar atrás y hacer un balance sobre todo lo que hemos avanzado en este tiempo. Al igual que es recomendable recuperar el plan de negocio y retrazarlo, lo mismo ocurre con el plan de marca.
Ahora tenemos datos y debemos aprovecharlos para hilar más fino. Ahora sabemos quiénes somos realmente y tenemos que comunicarlo. Nuestra audiencia ya nos conoce y es el momento de crear un vínculo emocional con ellos.
3-Mutación del proyecto
El mercado está constantemente cambiando y con él, nosotros. Lo que vale hoy, no vale mañana y puede que lo que estés vendiendo en dos años, no tenga nada que ver con lo que hoy te genera la mayor parte de tus ingresos. Son muchos los cambios que puede sufrir una empresa: líneas de negocio que nacen, fusiones, nuevos productos, diferentes sectores…La marca debe ser un reflejo de lo que somos y si nosotros estamos cambiando, ella deberá hacerlo también.
Nuestra promesa de valor debe ser fuerte pero no inamovible.
4-Internalización del proyecto
Al igual que no podemos presentarnos en otro país, por ejemplo, asiático hablando en nuestra lengua y pretender que nos entiendan, tampoco lo podremos hacer con la misma estrategia y querer conectar con su audiencia. Nuestra marca está definida en base a las características propias de nuestro mercado, así qué ¿Cómo va a servirnos en otro país con un mercado, competencia, contexto cultural y códigos visuales diferentes? El escenario y la partida son otros y nosotros no podemos jugar con las mismas cartas.
[quote align="center" color="#111"]Un rediseño no debe ser un cambio de símbolo, si no el símbolo de un cambio[/quote]
Puede que también te interesen estos artículos
¿Cómo identificar tu valor diferencial?
La coherencia. El secreto de las mejores marcas
Published by: MARINA GOÑI in Sin categorizar